Este lunes por la noche, Cristina Kirchner brindó una entrevista al periodista Gustavo Sylvestre, en el canal C5N. Después del acto del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, en La Plata,-dónde Axel Kicillof llamó a la unidad con un discurso marcadamente anti-Milei- Cristina estuvo a tono. También marcó un claro acento en la «unidad» para el armado electoral y anunció su candidatura a la tercera sección en la Provincia de Buenos Aires.
En el marco de un peronismo que viene arrastrando una crisis desde la derrota que sufrió en la última elección presidencial a manos de la ultraderecha, de la que no ha podido recuperarse. La división por cargos con el gobernador de la provincia, Axel Kicillof -ajena a su electorado y al ajuste feroz del gobierno de Milei hacia los trabajadores y sectores populares- no ha hecho más que profundizarla. Cristina Kirchner ha ido retrocediendo en la interna para terminar por presentarse en provincia, el único lugar donde puede hacerlo. Y lo hace frente al temor de una derrota, la necesidad de poner toda la carne al asador.
“El desdoblamiento en CABA fue un gran error de Macri, le costó salir tercero”, planteó la dirigente. Sin mencionarlo explícitamente, cuestionó a Kicillof por el desdoblamiento diciendo que no cambiaba de postura básicamente porque «era hombre». Y agregó: “El peronismo hizo una muy buena elección [en CABA]. No es que la unidad te permita ganar, pero si estás dividido seguro que perdés y mal».
Además le dijo al periodista que «no se trata de volver a enamorar, se trata de representar», confirmando la profundidad de la crisis de ese espacio político. Y ratificando que no tienen grandes ambiciones en lo que hace a poner en pie una alternativa al mileísmo. «Alguien tiene duda de que si perdemos en septiembre» –en las elecciones bonaerenses– podemos ganar en octubre», señaló explicando que no solo está en juego la Provincia de Buenos Aires, sino la suerte del peronismo en todo el país.
Habló sobre la deuda externa y el acuerdo con el FMI, volviendo a proponer lo que ya fracasó: una “mejor” negociación, que empieza por el reconocimiento de la deuda ilegal y el compromiso de pagar como ya hizo el peronismo durante su gobierno, al reconocer la deuda odiosa contraída por Mauricio Macri. La ex vicepresidenta, mientras naturaliza la subordinación al FMI, se cuida mucho de mencionar la pobreza estructural, el trabajo precario y la situación de los salarios o jubilaciones, en su gran mayoría muy por debajo de la canasta familiar, como una de sus preocupaciones y mucho menos de las soluciones.
Sin la crudeza de su último discurso del 25 de mayo, donde dialogó con la derecha, atacando a los trabajadores estatales, docentes y de salud por su supuesta «ineficiencia». En una semana de alto impacto social de una lucha ejemplar de estos sectores –como la del Hospital Garrahan y del Conicet a quienes reivindicó–, en esta entrevista primó un discurso netamente electoral, donde centralmente atacó a la derecha, tanto del gobierno de Milei como el de Macri. No obstante, cuando habló de «Estado eficiente», volvió a hablar como si la responsabilidad del mal funcionamiento del Estado la tuvieran las y los trabajadores.
Te puede interesar: La “nueva estatalidad” de Cristina: una oposición que habla el lenguaje de Milei
Te puede interesar: La “nueva estatalidad” de Cristina: una oposición que habla el lenguaje de Milei
El anuncio de su candidatura no solo es un mensaje hacia dentro, por la crisis interna del peronismo, sino también hacia afuera. La Corte Suprema tiene en sus manos la decisión que podría confirmar –o no– la condena de Cristina Kirchner en la causa Vialidad. La confirmación de esa condena podría inhabilitarla para ocupar cargos públicos y, por lo tanto, impedir su candidatura en las próximas elecciones. Incluso podría cumplir años de prisión, donde la Corte se erija con la potestad de proscribir candidatos. Preparada para un eventual fallo adverso (antes o después de las elecciones), la ex presidenta no escatimó en críticas al Poder Judicial. Señaló acertadamente su rol de sostén a las medidas monárquicas inconstitucionales de Javier Milei. pero, como con el conjunto de los problemas económicos y sociales que viene señalando, no explicó ni esbozó ningún programa que se proponga modificarlo.