Tensión máxima tras el bombardeo de EE.UU.: cómo podría responder Irán y qué consecuencias se prevén
Tras el ataque contra instalaciones nucleares, ordenado por Trump, Teherán evalúa cerrar el Estrecho de Ormuz y hasta una carrera nuclear
22/06/2025 – 13:28hs
Luego de décadas construyendo una estrategia de disuasión contra una ofensiva directa de Estados Unidos, Irán recibió el golpe más severo a su programa nuclear con los bombardeos lanzados por Washington y coordinados con Israel.
Con sus principales instalaciones parcialmente destruidas, el régimen de los ayatolás enfrenta ahora una disyuntiva clave: cómo y cuándo responder.
Cómo puede responder Irán a los bombardeos de Estados Unidos
Los analistas coinciden en que el conflicto podría escalar rápidamente. Estas son las principales hipótesis que se barajan sobre el próximo movimiento de Irán:
1. Cierre del Estrecho de Ormuz
El estrecho es una arteria clave para la economía global: por allí pasa cerca del 20% del petróleo comercializado en el mundo. Irán podría bloquear temporalmente la navegación utilizando su flota de lanchas rápidas, misiles de costa o incluso minas navales.
La posibilidad ya está siendo evaluada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, luego de que el Parlamento aprobara formalmente la propuesta. Un cierre, aunque sea breve, dispararía los precios del petróleo, afectaría a las economías occidentales y elevaría la presión internacional sobre EE. UU.
2. Ataques a bases militares de EE. UU. y aliados
Irán tiene a tiro decenas de bases estadounidenses en Medio Oriente, especialmente en Kuwait, Bahrein, Catar y Emiratos Árabes Unidos. Estos puntos estratégicos están más cerca de Teherán que Israel y podrían ser blanco de misiles o drones armados.
En 2019, un ataque de este tipo contra instalaciones petroleras saudíes —atribuido a Irán— logró reducir la producción del reino a la mitad. Una maniobra similar hoy tendría un fuerte impacto económico y político en toda la región.
3. Reactivación del «Eje de la Resistencia»
Aunque debilitados por las guerras recientes, Irán todavía cuenta con aliados regionales armados como los hutíes en Yemen o milicias chiítas en Irak. Estos grupos podrían lanzar ataques indirectos contra intereses estadounidenses o israelíes, especialmente en zonas sensibles como el Mar Rojo o las fronteras sirias.
Hezbollah, en cambio, parece fuera de juego tras los duros golpes recibidos en Líbano el año pasado. Aun así, persiste el riesgo de atentados más lejanos, como los que se le atribuyen en el pasado, entre ellos el ataque a la AMIA en Buenos Aires en 1994.
4. Aceleración del programa nuclear
Aunque dañadas, las instalaciones nucleares iraníes no fueron completamente destruidas. Si el régimen decide abandonar el Tratado de No Proliferación y cortar todo lazo con el OIEA, podría reconfigurar su programa hacia una bomba nuclear.
La comparación con Corea del Norte no es descabellada: ese país se retiró del tratado en 2003 y detonó su primera bomba tres años después. Irán ya enriquece uranio al 60%, a solo un paso técnico del 90% requerido para uso armamentístico.
Mientras Israel mantiene una política de ambigüedad sobre su arsenal nuclear, es ampliamente aceptado que posee armas atómicas. Irán, en cambio, insiste en que su programa tiene fines pacíficos, pero el contexto actual podría forzar un cambio de rumbo.
¿Amenaza real o advertencia simbólica?
Desde el líder supremo Alí Jamenei hasta funcionarios intermedios, las autoridades iraníes han advertido consecuencias «devastadoras» si EE. UU. intervenía. Ahora que lo hizo, el régimen debe decidir si esas amenazas eran retórica… o preludio de un nuevo capítulo en el conflicto más explosivo del siglo XXI.