Entre los destinos que esta temporada lograron ganarse un lugar destacado en nuestra agenda de pesca, la laguna El Tupungato se presenta como una opción que vale la pena conocer. Su fácil acceso, sumado a una buena infraestructura y un entorno natural ideal para disfrutar en familia o con amigos, la convierten en una propuesta muy atractiva tanto para pesca costera como embarcada. Además ofrece la posibilidad de acampar a la vera del espejo de agua donde el flecha de plata regala jornadas sumamente gratificantes.
Salimos rumbo a este rincón pesquero acompañados por Gustavo Gregorini y Duilio Kroling, recorriendo desde Capital Federal unos 530 km. El acceso es sencillo: se llega por RN 3, RP 2 y RP 55 hasta el Km 15,5 de RP 228, donde un mojón e indicador marcan el ingreso. La laguna se encuentra a sólo 15 km de Necochea, lo que la hace aún más conveniente.
Equipos
Durante la jornada utilizamos cañas telescópicas de 4,20 m, armadas con líneas de tres boyas en distintos colores y modelos. Lo fundamental es que gareteen para alcanzar más distancia desde la embarcación, ya que la mayoría de los piques se da lejos. Las brazoladas fueron variables, entre 25 cm y un metro. También funcionaron muy bien el aparejo tipo paternóster con tres anzuelos y plomito final, y la clásica línea X15. En ambos casos, empleamos anzuelos N° 1/0. Las carnadas fueron diversas: mojarras vivas, filetes de dientudo y pejerrey, mojarras saladas y otras embebidas en harina de maíz. Para aumentar su atractivo, se pueden teñir con colorante rojo, verde o amarillo.
En la pesca desde la costa conviene usar equipos de lanzamiento capaces de superar los 80 m de distancia. También está habilitada la pesca en kayak –siempre con chaleco salvavidas y equipo adecuado para el frío–, así como en botes con motores eléctricos de hasta 10 HP. El predio cuenta con embarcaciones en alquiler. Cabe destacar que está terminantemente prohibido el uso de cebo y de líneas con más de tres anzuelos.
La pesca
Zarpamos desde el muelle flotante, ubicado justo frente a la proveeduría, y nos dirigimos hacia el centro de la laguna. Ya durante la navegación observamos gran cantidad de pejerreyes en superficie, lo que auguraba una jornada prometedora. Una vez anclados, preparamos los equipos. La mañana era perfecta: calma y con temperatura ideal. Los piques, sin embargo, se presentaron algo erráticos. El pejerrey comía con mucha sutileza y, al apurarnos, perdíamos las piezas. Decidimos entonces dejar que el pez comiera sin resistencia, lo que nos permitió obtener capturas de medida.
El cardumen se movía con frecuencia, y nosotros también. Nos trasladamos más cerca de la costa y anclamos a unos 150 m de ella. Aparejos al agua y los piques fueron llegando esporádicamente, con pejerreyes que rondaron desde los 25 a 40 cm, y lo que mejor rindió en cuanto a carnadas fue la mojarra viva, en algunos casos agregando un filete de dientudo en el mismo encarne. Llegando al mediodía, decidimos hacer un alto en la huella, pues el asado nos estaba esperando casi a punto para degustarlo, y fue así que compartimos un gran almuerzo junto a los encargados del lugar, a la vera de la laguna.
La laguna El Tupungato, que lleva el mismo nombre que la estancia donde se emplaza, fue habilitada para la pesca deportiva a mediados de los años ‘90. Se trata de un ámbito sin cursos de agua tributarios, alimentado exclusivamente por lluvias y napas freáticas, lo que lo convierte en un sistema cerrado, muy sensible a los ciclos climáticos. En épocas de buenas precipitaciones, su superficie supera las 100 hectáreas. En años secos, puede descender drásticamente. Por eso, su recuperación actual –con niveles óptimos y calidad de agua estable– es una gran noticia para pescadores y conservacionistas. El manejo responsable del predio, sumado al respeto de cupos, vedas y reglamentación vigente, permiten sostener una población saludable de pejerrey y una rica biodiversidad.
Más allá de la pesca, El Tupungato es también un paraíso para los amantes de la naturaleza. En sus alrededores se han registrado 145 especies de aves, además de una familia de carpinchos muy mansos, que suelen acompañar silenciosamente gran parte del día. Es un entorno tranquilo, ideal para compartir en familia. Cuando el nivel de agua es óptimo, la laguna tiene una profundidad máxima de 2 metros. Actualmente mantiene unas 90 hectáreas y una profundidad promedio de 1,5 m.
Tarde de pesca
A las 15 hs nos embarcamos nuevamente, esta vez eligiendo un sector a unos 200 m de la costa. Probamos primero anclados y luego gareteando. La situación cambió radicalmente: comenzaron a salir pejerreyes vigorosos y parejos, de entre 30 y 40 cm. Con el correr de la tarde y la caída del sol, los piques se intensificaron. Con encarnes prolijos y una embarcación en silencio, fue sencillo alcanzar la cuota de 25 piezas por pescador.
También es posible disfrutar de la actividad nocturna desde la costa, en distintos sectores del espejo. Para obtener mejores resultados se recomienda el uso de equipos de lanzamiento con líneas de fondo y boyita elevadora, que permitan lances entre los 80 y 120 m desde la orilla. El predio permite acampar y hacer fuego a orillas de la laguna. Cuenta con baños con ducha y otros químicos distribuidos en diferentes zonas. Hay sectores habilitados para casillas rodantes y motorhomes. Eso sí: no hay electricidad, por lo que conviene llevar todo lo necesario.