Miguel Ángel Russo fue uno de los focos de la noche en Santiago del Estero. Tras la dura eliminación de Boca ante Atlético Tucumán en los 16avos de final de la Copa Argentina, el entrenador se quedó sentado en el banco de suplentes, inmóvil, como si intentara procesar lo que acababa de suceder.
La postal fue más que sorpresiva. Mientras los jugadores del Decano celebraban el histórico triunfo y los del Xeneize comenzaban a retirarse cabizbajos, Russo permanecía solo, con la mirada perdida y sin emitir palabra.
Una imagen que refleja el momento que atraviesa el equipo que todavía no pudo ganar desde su llegada contando tres competencias totalmente distintas. Además, el funcionamiento parece estar lejos de lo deseado y algunos nombres siguen sin poder levantar cabeza.
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Desde su regreso al club, el técnico no logró encaminar al conjunto azul y oro: ya lleva seis partidos al frente y no conoce la victoria. En el Mundial de Clubes empató con Benfica y Auckland City, y cayó con Bayern Múnich. En el arranque del Torneo Clausura igualó ante Argentinos Juniors y Unión, y ahora sumó la dura eliminación en la segunda fase de la Copa Argentina.
Pese a los números, Russo eligió destacar lo positivo: “La eliminación es dura. Esto se levanta hablando mucho. Estamos en el camino, hoy me gustó el nivel del equipo”. Además, se mostró molesto con el arbitraje: “Antes del primer gol de ellos hubo una falta clarísima a Paredes. Eso cambia todo”.
En conferencia, también sostuvo: “La forma la estamos teniendo. Hoy el rival vino y se defendió. Lo respeto. Entienden que es la forma de jugarle a Boca”. Sin lugar a dudas que se trató de una frase que despertó el enojo de los hinchas que no le encuentran respuestas al plantel.
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