Nueva York es una de las ciudades santuario más apuntadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). En específico, la agencia migratoria emitió en apenas seis meses más de 6000 solicitudes de arresto en la Gran Manzana, lo que represente un incremento de más del 400% en comparación con los niveles registrados durante la administración Joe Biden.
De acuerdo a un comunicado oficial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), desde el 20 de enero de 2025, día en que Donald Trump asumió su segundo mandato presidencial, el ICE presentó 6025 solicitudes de arresto para traspaso de custodia (también conocidas como detainers) en la ciudad de Nueva York. Esta cifra supera ampliamente las 9472 emitidas durante los cuatro años del mandato de Biden.
Se trata de peticiones formales que el ICE le hace a una cárcel local o estatal para que retenga a una persona bajo custodia por hasta 48 horas adicionales después de que esa persona debería ser liberada, con el fin de que la agencia federal pueda asumir la custodia y proceder con su deportación si corresponde.
La subsecretaria Tricia McLaughlin declaró que «en solo seis meses, el ICE alcanzó un nivel de actividad sin precedentes en Nueva York“. En tanto, atribuyó este salto a un cambio de prioridades bajo la administración Trump y la secretaria del DHS, Kristi Noem.
A pesar del aumento en detainers, la ciudad de Nueva York dio cumplimiento a muy pocas solicitudes, según confirmó el DHS. Es que la legislación local impide a las agencias colaborar con operativos migratorios.
Por su parte, McLaughlin acusó al alcalde Eric Adams de “proteger a extranjeros ilegales con antecedentes”, lo que, según su visión, pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos. Desde el ICE, aseguran que los detenidos tenían condenas por delitos graves, como:
El DHS vincula estas cifras a lo que considera «consecuencias mortales« de las políticas santuario. En un hecho reciente, dos inmigrantes irregulares, previamente liberados por el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés), dispararon a un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) fuera de servicio, según datos del DHS.
“Solo esta semana, dos extranjeros ilegales que ingresaron a EE.UU. y fueron liberados bajo el mandato de Biden, dispararon y casi mataron a un valiente agente de la CBP fuera de servicio. Ambos delincuentes extranjeros ilegales habían sido arrestados previamente por crímenes violentos y liberados por el NYPD”, detalló la agencia.
El DHS no reveló el total de deportaciones concretadas desde el comienzo de la administración Trump, pero argumentó que la mayoría de los detainers involucraban a personas con antecedentes. La retórica oficial consiste en que las detenciones y remociones están enfocadas a “lo peor de lo peor”. Sin embargo, hay datos que contradicen esa información.
De acuerdo a la información del Deportation Data Project, analizada y difundida por Chicago Tribune, la situación es distinta en las ciudades santuario, como Chicago. Allí, aunque se duplicaron los arrestos de personas con antecedentes por delitos graves, también se multiplicaron por nueve las detenciones de inmigrantes sin condenas previas.
Según el DHS, las agresiones contra el personal del ICE aumentaron un 830% desde el regreso de Trump a la presidencia. Las autoridades vinculan este repunte a la “retórica anti-ICE” y al clima de tensión generado por las decisiones locales.
El ICE denunció que sus agentes enfrentan un entorno hostil en ciudades santuario como Nueva York, lo que complica las tareas operativas. Esta situación, según afirman, debilita el cumplimiento de las leyes migratorias. Sin embargo, también aclaran que el DHS “no se dejará disuadir por ataques partidistas ni por la presión de activistas”.