River volvió a escribir una página épica en su historia copera, y lo hizo de la mano de Franco Armani, quien se convirtió en el héroe de la noche al llevar al equipo a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
En un partido cargado de tensión, emociones y una definición por penales que parecía maldita, el arquero de River se erigió como figura indiscutida: sostuvo al equipo durante los 90 minutos y atajó un penal clave que selló la clasificación frente a Libertad de Paraguay.
River llegaba al duelo de vuelta con la presión de revertir una racha adversa en definiciones desde los doce pasos. Había perdido sus últimas ocho tandas de penales, incluyendo eliminaciones dolorosas en torneos locales e internacionales.
Pero esta vez, en el Monumental, la historia cambió gracias a Armani. El arquero contuvo el último penal de Libertad, ejecutado por Marcelo Fernández, y desató la euforia en Núñez. Durante el tiempo reglamentario, el partido terminó 1-1.
River se había puesto en ventaja con un gol de Sebastián Driussi, quien capitalizó un rebote tras un remate de Facundo Colidio que impactó en el travesaño. Libertad igualó antes del descanso con un cabezazo de Robert Rojas, aprovechando una desatención defensiva en un córner.
El segundo tiempo fue un duelo de nervios. River sufrió la expulsión de Giuliano Galoppo y se quedó con diez jugadores, lo que obligó a replegarse y resistir los embates del equipo paraguayo. Armani fue clave en ese tramo, con intervenciones decisivas que evitaron el segundo gol de Libertad y mantuvieron viva la esperanza.
La tanda de penales: Armani, figura total
La definición desde los doce pasos fue el momento de redención. Nacho Fernández abrió la serie con un gol para River, mientras que Jorge Recalde estrelló su remate en el palo. Miguel Borja convirtió con potencia y Libertad descontó con un tiro al medio de Viera. Marcos Acuña falló su penal, pero Caballero erró el suyo para los paraguayos.
Lucas Martínez Quarta anotó el tercero para River, y finalmente Armani atajó el disparo de Fernández, asegurando el 3-1 en la serie. Fue el penal número 14 que Armani atajó con la camiseta de River, y el 31 de su carrera profesional. Su gesto de puño apretado, seguido por el abrazo con Enzo Pérez y Marcelo Gallardo, fue la imagen que resumió la noche: alivio, emoción y orgullo.
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