El conflicto entre el Gobierno y los gremios aeronáuticos escaló este miércoles mucho más allá de la disputa salarial a partir de la cual habían comenzado las primeras medidas de fuerza a mediados de agosto, y por el momento las dos partes en disputa sólo están doblando la apuesta, sin ninguna clase de negociación en el horizonte.
Desde el Gobierno habían comenzado la jornada con una “bajada de precio” a la medida de fuerza (una más) anunciada por los trabajadores de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). La protesta, según el gremio, tendrá lugar este jueves en 23 aeropuertos de todo el país, en dos turnos.
La interventora de la ANAC, Julia Cordero, no solicitó la conciliación obligatoria en el conflicto. Pero desde la Secretaría de Transporte, de la cual depende la ANAC, aseguraron que “de momento no se verán interrumpidos servicios en aeropuertos gracias a la esencialidad en transporte aéreo”.
La aclaración de Transporte puso en relieve un dato importante: el paro de ATE-ANAC será el primero en realizarse desde que entró el vigencia el carácter “esencial” de los servicios aéreos de pasajeros, que fue el lunes a través de dos decretos que reglamentaron los artículos del “Mega DNU” de diciembre. Según esos decretos, los gremios deberán garantizar durante sus protestas un piso de 50% de los servicios que se prestan en un día normal.
La movida de fondo del Gobierno llegó un rato más tarde: la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó una denuncia penal contra Pablo Biró, Secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), por la presunta comisión de delitos de acción pública. Fue luego de unas declaraciones del gremialista en las cuales advirtió que el conflicto con el Gobierno “se va a poner peor”.
Según la denuncia de Bullrich y el equipo de abogados del ministerio de Seguridad, “las acciones y declaraciones de Pablo Biró podrían exceder el derecho de huelga amparado por la Constitución Nacional y constituir un acto ilícito bajo la figura del delito de amenazas extorsivas, contemplado en el artículo 149 bis del Código Penal”.
Además de la denuncia en sí, la irrupción de Bullrich en esta disputa muestra que el gobierno de Javier Milei busca escalar el conflicto. Bullrich no sólo tiene su conocido perfil de “halcón”, sino que ha mantenido enfrentamientos con los gremios aeronáuticos cuando fue funcionaria tanto en el gobierno de De La Rúa como en el de Macri.
La denuncia cayó ante el Juzgado Criminal y Correccional 12, a cargo de Elizabeth Paisán, secretaría 137 de Julio Herrera.
Los gremios contraatacaron por la tarde, con un comunicado que durante algunas horas sembró confusión. Allí aseguraron que el Gobierno busca el conflicto para «forzar el cierre» de Aerolíneas Argentinas y aseguraron que “como consecuencia del despido arbitrario de 3 compañeros pilotos, presentó su renuncia el Gerente de operaciones de la empresa, es decir quien tiene bajo su responsabilidad toda la flota. Cabe mencionar, una vez efectivizada esa dimisión, y con esa posición acéfala, la empresa no puede volar”.
El gerente de Operaciones de Aerolíneas es Gustavo García Lemos, un piloto de quien se venía afirmando en el sector que había presentado su renuncia el jueves pasado por presión de APLA como respuesta al despido de los tres pilotos de Aerolíneas que se habían negado a realizar un vuelo sin pasajeros a Estados Unidos para devolver un avión Embraer (el vuelo finalmente fue realizado este miércoles por tres pilotos brasileños).
La figura del gerente de Operaciones tanto de Aerolíneas como de cualquier línea aérea es crucial para su funcionamiento cotidiano. Es el responsable ante la ANAC de toda la parte de vuelos de una aerolínea.
La ANAC le exige a cualquier línea aérea un gerente de Operaciones, uno de Instrucción y uno de Mantenimiento, antes de presentar incluso la planilla de los accionistas. Y en el caso de Aerolíneas, por una práctica instalada desde más de 20 años, quien designa al Gerente de Operaciones es el gremio APLA. Eso incluye también a los inspectores que controlan las licencias y destinos de los pilotos.
Los gremios presentaron la eventual renuncia de García Lemos como una «consecuencia» del despido de los pilotos y no como una presión que se había ejercido desde APLA para que el funcionario presente su dimisión al cargo. «Desde ya, y de manera burdamente obvia, se trataría esto de un Lock out patronal«, aseguraron a través del comunicado
Sobre el cierre de la jornada, en Aerolíneas desmintieron que García Lemos haya renunciado, pero admitieron que el funcionario «quiere irse».
«Le dijo a Fabián (Lombardo, el presidente de la línea aérea) que se quería ir, pero queda a la espera de un reemplazo. Se están buscando opciones, no mucho más. Los gremios hacen su juego con esa información diciendo lo que se les ocurre», señalaron voceros de Aerolíneas. «Se lo reemplazará, como se reemplazaron a tantos otros».