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Un Superclásico mejor en los números que en la cancha

Un Superclásico mejor en los números que en la cancha

En la tabla, a los dos le cierran las cuentas. Pero en el juego, todavía tienen cuestiones pendientes.

Las victorias del fin de semana de River y Boca ante Gimnasia y Estudiantes calmaron la ansiedad de sus millones de hinchas. Y dejaron bien afirmado el camino de los dos rumbo al Superclásico del próximo domingo en el estadio Monumental. Con la salvedad que River jugará el miércoles por la Copa Libertadores ante Independiente del Valle de Ecuador y una derrota en la altura de Quito podría agitarle la previa del partido más grande de todos. 

Los dos llegan despejados: ya están adentro de los playoffs de octavos de final y en consecuencia, el duelo de los dos gigantes no definirá nada más allá de un nuevo epìsodio de la ancestral rivalidad. River tratará de mejorar su posición como tercero de la zona B para asegurarse la condición de local en los cruces de octavos, cuartos y la semifinal, todos a partido único. Boca, en tanto, tratará de no perderla. Pero es improbable que ello suceda: lidera la zona A con 32 puntos (es el equipo más sumó en el  torneo) y le lleva cinco a Huracán quedando seis en disputa y seis a Argentinos, que tiene un juego pendiente. Por lo que es muy probable que juegue los tres manos a mano decisivos en la Bombonera. Una ventaja que lo convierte acaso, en uno de los grandes candidatos a jugar la final del 1º de junio en Santiago del Estero.

El presente de River es mejor en los números que en la cancha: en lo que va del año, perdió un partido (0-2 con Estudiantes) de dieciocho, con ocho victorias y nueve empates, pocos goles a favor (dieciocho) y pocos goles también contra (siete en todas las competencias). El viernes en La Plata, reencontró la contundencia ofensiva que le venía faltando. Y eso dejó a todos más tranquilos. Después de veinte minutos iniciales en los que parecíó desbordado por la intensidad de Gimnasia, el equipo de Marcelo Gallardo puso las cosas en orden. Trajo bien la pelota hasta el área y allí adentro, tuvo poder de fuego.

El talento juvenil de Franco Mastantuono, afirmado como titular y en su mejor momento desde que llegó a primera, resulta un toque de distinción que nadie tiene en este momento del fútbol argentino. A sus 17 años. Mastantuono ya dejó en claro que la camiseta riverplatense no le pesa y que con la cancha a favor de su zurda y su atrevimiento para encarar y ganar los duelos individuales, le sobra calidad para dejarle su marca al Superclásico y jugar su partido consagratorio. 

A Boca también le pasa lo mismo que River: sus números en el torneo son excelentes (ganó diez partidos de catorce). Pero de visitante sufrió sus dos derrotas (Racing y Newell’s). Y desde que Alianza Lima lo sacó de las Copas, en la cancha siempre dejó dudas que su segundo tiempo del sábado ante Estudiantes empezó a disipar. Si el conjunto de Fernando Gago juega en el Monumental con el caracter y la determinación que mostró y al juvenil Milton Delgado y al chileno Carlos Palacios no se les cae el partido encima a la hora de generar juego, podrá dar un golpe de autoridad. Si en cambio, se asoma al Superclásico para ver que pasa, reaparecerán los viejos fantasmas que al menos por esta semana, parece haber espantado.   

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