El Gobierno intercambia fotos e insultos con los gobernadores. Después del cocktail sobrevendido de la Sociedad Rural que cruzó a mandatarios provinciales con el jefe de Gabinete, Javier Milei se despachó con una nueva catarata de agravios contra los ejecutivos de las provincias, a los que calificó como «perversos«. Los gobernadores no rompen su unidad alrededor de los dos proyectos aprobados por el Senado ni garantizan votos de sus diputados para blindar los anunciados vetos en camino del Presidente.
Este lunes, después del cierre electoral, Guillermo Francos tendrá otra foto de concordia en la Rosada para ofrendar al Gobierno y al círculo rojo, después del cachetazo legislativo en el Congreso y luego de que riesgo país trepara a su clímax desde la salida del cepo.
Otra vez se servirá la mesa del Consejo de Mayo, donde tiene asiento el Ejecutivo, un representante por Diputados (Cristian Ritondo, del PRO), otro del Senado (Carolina Losada, de la UCR); el jefe de la UIA Martín Rapallini como delegado del sector empresario y Gerardo Martínez, de la UOCRA, por la CGT. El mendocino y radical Alfredo Cornejo asistirá en representación de los gobernadores, pero juega su propio partido rumbo a un acuerdo electoral con La Libertad Avanza.
Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, -a quien el Gobierno había imaginado originalmente como el mejor interlocutor para el Consejo- está en la misma sintonía. No solo fue a la Rural invitado por el titular de la SRA Nicolás Pino. También se entrevistó con la mano derecha de Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem.
En el entorno del ex ministro del Interior de Mauricio Macri aseguran que la conversación tuvo que ver esencialmente con el acuerdo electoral que cocinan en la provincia y que resulta clave, porque eligen senadores. De paso, serviría para evitar una fractura que permita una victoria del peronismo, competitivo en el distrito. Es prácticamente una foto calcada del escenario de Chaco, que justificó la alianza entre Leandro Zdero y LLA.
Uno de los convidados al promocionado Consejo que tardó un año en conformarse y solo sesionó una vez- relativiza el valor de la mesa de diálogo para avanzar en una reforma tributaria, lejos de la coyuntura inmediata. “Por ahora son debates de temas diversos. El Gobierno está en campaña y pretende dar títulos extremos de cambios que no son parte de la agenda preestablecida del Consejo”, razonan.
Los caminos para blindar los vetos anunciados por Milei y un camino alternativo a los dos proyectos que impulsan los gobernadores no se discutirán el lunes. Paradójicamente, en representación del Ejecutivo participan Francos y Federico Sturzenegger, que perdió las facultades delegadas pero no la verborragia. El ministro de Desregulación propuso en televisión que el Presidente no vete la ley para repartir ATN, porque representaría un reconocimiento de que la ley de coparticipación puede modificarse sin pasar por las legislaturas provinciales. Por las dudas, Francos salió a aclarar que no habrá luz verde para ninguna ley.
Los gobernadores dialoguistas siguen esperando algún tipo de oferta de la Rosada. Tienen quince días a su favor por el receso de los empleados del Congreso, si la oposición no apura la sesión. En el Senado jugaron a su favor los ex Jxc que prestaron ausencias y abstenciones. Los peronistas del norte, cercanos al Gobierno, después hacer pesar su enojo con votos a favor de los proyectos que, según Milei, ponen en jaque el equilibrio fiscal, vuelven a acercase al Gobierno.
El santacruceño Claudio Vidal, que suele mantenerse distante de la Rosada, aceptó tomarse una foto sugerente con Francos este viernes. El pragmatismo impera de los dos lados del mostrador. Ambos festejaron la reactivación de las obras en la represa de Santa Cruz Jorge Cepernic a cargo de Gezhouba, gigante de China, país con el que Milei había prometido -en campaña- que nunca negociaría.
El jueves, el mismo día y en el mismo lugar en el que Francos se reunió con gobernadores, algunos de los invitados a la reunión del Consejo de Mayo participaron de un panel de empresarios que no ahorraron críticas para un tema que enfrenta a los gobernadores con la Rosada.
En la Rural se congregó el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) que integran el poderoso G-6, la CGT y la UOCRA. Antes del almuerzo que compartieron Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio; Gustavo Weiss, de la Cámara de la Construcción; Pino, de la SRA; Mario Grinman, de la Cámara de Comercio y Martínez, el jefe de la UOCRA, que se refirió a la prisión de Cristina Kirchner y el lunes visitará Balcarce 50.
La evaluación general fue lapidaria y apuntó que el Gobierno anunció llamados a licitación para 9300 kilómetros, pero no presentó ningún plan para los otros 30 mil km. Estiman que el 70 por ciento de esa red -valuada en US$ 100 mil millones– se encuentra en estado regular o malo, y el 30 por ciento restante requiere obras de mantenimiento inmediatas para evitar mayores deterioros.
“Estamos caros (…) Si no hay inversión en infraestructura es una utopía pedir una mejora en producción y en condiciones generales”, coincidieron Gabbi y Pino, que advirtió por el deterioro de los caminos que encarecen el costo logístico y la dilación en la concesión de la Hidrovía. Cuesta imaginar que el titular de la SRA esboce un discurso tan crudo, para el cierre cuando se espera la asistencia del Presidente
Uno de los últimos oradores, Fernando Lago, coordinador de la mesas del CPI, calculó que la falta de inversión en infraestructura equivale a una pérdida de capital productivo de US$ 25 mil millones por año. “Todos los días se pierden y queman US$ 70 millones por día”, dijo.
Esos montos son sustancialmente más relevantes que los que el Gobierno discute en el Congreso con los gobernadores y que generan cortocircuitos políticos y virales, como los carteles con los que Maximiliano Pullaro adornó esta semana las veras de las rutas nacionales en Santa Fe, para alertar a los automovilistas por la peligrosa falta de mantenimiento.