En diálogo con Canal E, Yanina Lojo, licenciada en Comercio Internacional, explicó que el leve impacto de la reciente depreciación del peso sobre los precios responde principalmente a la debilidad de la demanda.
El menor pass-through en años
«Lo que se observa es que en estos últimos meses prácticamente hubo un mínimo pass-through del tipo de cambio a precios, y es el más bajo registrado en situaciones similares«, afirmó Lojo, destacando que esta vez se trató de una depreciación impulsada por el mercado y no de una devaluación decidida por el Estado.
Según la consultora que dirige, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional mostró en julio una variación del 1,9%, con una inflación núcleo del 1,5%, el nivel más bajo desde 2017. Además, “el promedio trimestral de inflación núcleo es de 1,8%, por debajo del 2%”, detalló.
La especialista indicó que la suba fue mayor en los servicios (3,1%) que en los bienes (1,4%), lo que responde a que “aún hay tarifas que se están recomponiendo”. Consultada sobre la incidencia de los alimentos, señaló que no fueron los principales responsables del aumento en julio: “Lo que tuvo mayor impacto fueron las cuestiones estacionales como vacaciones, restaurantes y hoteles”.
Por otro lado, «hubo una fuerte liquidación de temporada en calzado e indumentaria«, lo que derivó en una variación negativa en esos rubros. Sobre alimentos y bebidas, dijo que los precios siguen un patrón estacional o pueden responder a eventos específicos: «Una lluvia fuerte puede hacer que el precio de alguna fruta o verdura se vea afectado«.
El dólar, el consumo y las elecciones
Consultada por la posibilidad de que el aumento en el precio de la nafta se traslade a precios, Lojo fue tajante: “El consumo hoy está bastante contraído, el margen para ajustar precios al alza es bajo”, dijo. Explicó que «la demanda ya no convalida precios más altos«, y que el consumidor actual es muy consciente y busca alternativas constantemente.
Si bien en los primeros días del mes suele haber aumentos asociados a reajustes, aclaró que “no se espera un gran pass-through del dólar a los precios en agosto”, y que la inflación podría ubicarse “en torno al 2%, levemente por encima o por debajo”.
En cuanto al impacto electoral, advirtió que, como es habitual, “los inversores tienden a dolarizar carteras ante la proximidad de las elecciones”, lo que podría generar volatilidad cambiaria entre septiembre y octubre. Sin embargo, destacó: “No me preocuparía por ahora”.
Finalmente, Lojo remarcó que “no hay mucho margen para aumentar precios, porque lo que vamos a hacer es vender cada vez menos”, señalando que, incluso si el tipo de cambio vuelve a moverse, “el consumo retraído seguirá siendo un ancla” para la inflación.